Desde el año 2006, que nace un primer grupo de trabajo en torno a las inquietudes, luchas, debates y reivindicaciones que en este terreno se estaban dando a nivel internacional, estatal, regional y local, hemos recorrido un largo camino repleto de actividadesi, reflexiones y alianzas. A partir de la confluencia y el trabajo en red de entidades y personas de Andalucía Occidental (Cádiz, Sevilla y Huelva), procedentes del campo y de la ciudad, nos hemos ido organizando para difundir y denunciar los efectos que tiene el modelo agroalimentario globalizado en Andalucía. Un modelo que genera: desequilibrios territoriales, desigual acceso a los recursos, deterioro medioambiental y de los ecosistemas locales, migración forzada y éxodo rural, explotación de la clase jornalera (especialmente de los inmigrantes y las mujeres trabajadoras), inseguridad alimentaria, pérdida de los conocimientos campesinos. Al mismo tiempo, hemos venido trabajando para hacer visible las luchas y experiencias de los movimientos por la Sb.A., especialmente de las organizaciones integrantes de la Vía Campesina, y para mostrar el valor de sus propuestas como alternativa real de cambio social.
Pero además, enfocamos nuestra acción destacando el papel fundamental de las mujeres en la Soberanía Alimentaria y los efectos devastadores que la globalización agroalimentaria tiene sobre sus vidas. Como entendemos que la riqueza y la capacidad crítica y transformadora del feminismo no puede reducirse al concepto de ‘género’, en estos años hemos evolucionado hasta definir de forma más clara nuestra perspectiva feminista. Es por ello que a finales de 2010 el grupo pasó ha pasado de denominarse “Grupo Soberanía Alimentaria y Género” a “A-liadas por la Soberanía Alimentaria”, procurando en esta nueva etapa poder contribuir a redefinir la propuesta de la Soberanía Alimentaria a la luz del pensamiento y la práctica
Feminista.
Para ello, nos parece importante contemplar: las situaciones específicas de desigualdad que sufren las mujeres (en cuanto al acceso a la tierra, las condiciones de trabajo, la participación política); sus aportaciones en la lucha por la autonomía de las mujeres, por unas condiciones de vida y trabajo dignas (dentro y fuera del hogar) y por una vida libre de violencia hacia las mujeres; el papel que juegan en la alimentación, la salud y la salvaguarda de la biodiversidad, así como su protagonismo en las movilizaciones por la reforma agraria, la recuperación de la memoria colectiva y la defensa de su territorio, frente a los intereses de las empresas transnacionales, el agronegocio y las políticas agrarias neoliberales.
Desde A-liadas denunciamos la violencia de las políticas neoliberales y patriarcales. Tanto en el Sur como en el Norte sufrimos las consecuencias dramáticas de un modelo, que al hacer de la alimentación un negocio, mercantiliza y patenta la vida. Frente a ello, creemos que tanto la Soberanía Alimentaria como el Feminismo constituyen otra ética de vida y que, apoyándonos en las propuestas de los movimientos sociales anticapitalistas y en el principio de solidaridad internacional, podemos sumar fuerzas y establecer alianzas para construir juntas y juntos Otros Mundos Posibles.
